Nuestra compañera Elisa se animó con el último reto, ¡y el suyo no era nada fácil! ¿Recordáis el ejercicio? Había que narrar una anécdota personal desde la perspectiva de la otra persona involucrada. A Elisa le tocó "aquella vez que me encontré en la ventana del tren con el reflejo de mi cara". Pues de aquello ha salido algo tan maravilloso como este poema:
Mientras viajaba
A veces me da miedo respirar
considero injusta mi vida
me aletargo
cierro los ojos
y me elevo
y me veo allí abajo
sin saber quien soy
sin reconocerme
me veo como me ven otros
con interferencias
pequeños destellos de luz
la proyección de una cámara oscura
muy rápido
rápido, pasa mi mirada
como los árboles
en un tren en marcha
tampoco sé
como sabe ella
y entonces vuelvo a sentir miedo
de la desconocida
de mirada perdida
que se sienta a mi lado
y ella mira al paisaje
yo miro al paisaje
mientras las horas pasan
el sol se mueve
y las sombras cambian
y el desfile de personas
se levanta
y miran el paisaje
recogen las cosas
esperan
andan
y se marchan
y me pregunto si también tienen miedo
si conocen a quienes les acompañan
a veces estas visiones me asustan
censuro mi discurso
juzgo mis palabras
los pensamientos se disparan
me rodean el cuello
me amenazan
se burlan de mi
y no parece que se vayan
ella no dice nada
sólo calla
me mira irónica
se acerca altiva
no me pregunta mi nombre
ni me dice como se llama
me saluda y me interroga
"¿me conoces? ¿me esperabas?"
se cree muy lista
piensa que gana
parece no entender
que si no la conozco
ella tampoco a mí de nada
jugamos
jaque mate
vuelve a hacerlo
"zorra"
y gana
Elisa Vidal Riezu
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