La habitación propia
PROPONE
para
su séptima sesión
-Innovación,
renovación y transgresión-
El resorte que abre la puerta a una generación no
tiene que ver con el año, la década, o la dimensión espacio-tiempo, que es el
marco de esa puerta y circunstancial a un conjunto de cambios o de fuerzas que
la empujan a abrirse. Cada generación literaria irrumpe con una forma de
rebeldía. La rebelión puede ser rupturista, innovadora, renovadora o incluso
transgresora. Busca romper con una tradición o ir más allá de lo conocido. No
hay duda, entonces, de la importancia de ese conocimiento. Si la rebeldía, en
cualquiera de sus formas, no conoce la tradición, corre el riesgo de repetirla
y fallar en su propósito.
A finales del XIX y principios del siglo XX, las
contradicciones del progreso desencadenan una crisis capital en el pensamiento
y la sensibilidad europeos. Muchos inconformistas reaccionan contra la cultura
dominante de la burguesía. La bohemia, definida por George Sand como “pasión de
belleza y libertad”, caracterizará a una nueva generación de escritores que
buscan la originalidad, se saben
cosmopolitas y vinculan el arte con la rebelión.[1]
Durante
la primera mitad del siglo XX, la literatura oscila entre la continuidad y la
renovación. Tanto en la narrativa como en la poesía y el teatro se producen
intentos de renovar radicalmente el lenguaje literario: son las llamadas vanguardias, que cambiarán
definitivamente nuestra concepción del arte. Por otra parte, surgen poderosas
individualidades que no reniegan de la gran tradición literaria, aunque sea
para juzgarla críticamente. Escritores como Marcel Proust, Franz Kafka o
William Faulkner desarrollan su obra en diálogo con los grandes autores del
pasado.[2]
El
verdadero cambio, el perdurable, no puede partir de la ignorancia, sino de la
necesidad de prolongar el conocimiento. Saber lo que otros hicieron antes
proporciona las herramientas para la lectura crítica y para la transformación.
No obstante, resulta que, a lo largo de los siglos, el ser humano ha progresado
mucho pero ha cambiado poco. Los temas universales gozan también de la
inmortalidad. El amor ha hecho correr ríos de tinta desde mucho antes del Siglo
de Oro, cuando los poetas eran soldados y no conocían sino la vida militar, la
apatía de la corte y, por supuesto, el sentimiento romántico. La Ítaca de
Cavafis, la Isabel Freire de Garcilaso y la mitología griega, tienen vigencia mientras exista el hombre.
Representan el viaje, el amor imposible y los dilemas morales que nos presenta
la vida.
Garcilaso
trae la poesía petrarquista de Nápoles e introduce el endecasílabo. Larra le da
un giro al costumbrismo haciéndolo ácido y satírico. Francisco Umbral
escandaliza con sus improperios líricos desde su columna diaria y sus
divagaciones introspectivas que pocos lectores entienden pero muchos admiran.
Son solo tres ejemplos de una larga lista cronológica de transgresores e
innovadores del lenguaje; una minucia, si se tiene en cuenta que todos los
escritores leídos y admirados han ido un paso más allá en los usos de la
lengua, siempre en la dirección que les ha marcado su propia voluntad creadora.
Preguntas para la reflexión:
o
Innovar,
renovar y transgredir: ¿qué concepto te atrae más?
o
Las
tres palabras, ¿tienen sentido solo si determinan la creación de algo nuevo?
o
¿Qué
matices distinguen a cada uno de los conceptos?
o
La
distinción entre innovación, renovación y transgresión, en literatura, ¿es
también subjetiva?
o
¿Tiene,
cualquiera de ellas, mayor impacto en la sociedad que las otras?
Entrevista
a Mario Vargas Llosa, sobre la degradación de la cultura:
Lecturas recomendadas:
- Sobre las
revistas literarias: http://www.literaturas.com/v010/sec0412/educomania/educomania.htm
- La Milana
Bonita: http://lamilanabonita.com/
El
Reto:
Escoge un autor o una corriente literaria o
de pensamiento que haya destacado por su voluntad innovadora, renovadora o
transgresora (Francisco Umbral, Mariano José de Larra, Simbolismo francés,
Alejandro Sawa y la bohemia de fin de siglo, H.P. Lovecraft, Virginia Woolf,
las hermanas Brontë, el dadaísmo, Roberto Bolaño y el infrarealismo…). ¡Las
posibilidades son infinitas! Explícanos su huella. ¿Qué cambios supusieron en
su época y qué consecuencias para las posteriores?
Los
tertulianos queremos saber.
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