La habitación propia
PROPONE
para
su sexta sesión
-LA TRADICIÓN
LITERARIA -
Italo Calvino en su ensayo “Por qué leer los clásicos”
presenta los dos planteamientos, a menudo excluyentes, sobre los cuales hoy en
día se sigue tratando la lectura de los clásicos: o se enmarcan en pura
erudición y por lo tanto fuera de cualquier plan de estudio de las escuelas, o
todo lo contrario, se tratan de fundamentales e imprescindibles y se presentan
(e imponen?) como el centro de la cultura universal y, por tanto, la base de la
formación intelectual de nuestras nuevas generaciones.
En
su ensayo, Calvino, llama a la atención sobre cualquier aspecto del texto, contexto,
del autor y de sus descendientes, tanto de sus precursores como de los de su
propia época, sus estudiosos o sus rivales. En cada clásico o escritor puede
ser significativo un elemento, el tono, las metáforas, las rimas, el ritmo,
etc. En definitiva, la importancia de los
clásicos se encuentra en su intemporalidad. Su riqueza reside en su
permanencia, su huella y, por supuesto, su siempre misteriosa relación con la
actualidad.
“El clásico no nos enseña
necesariamente algo que no sabíamos; a veces descubrimos en él algo que siempre
habíamos sabido (o creído saber) pero no sabíamos que él había sido el primero
en decirlo (o se relaciona con él de una manera especial). Y esta es también
una sorpresa que da mucha satisfacción, como la da siempre el descubrimiento de
un origen, de una relación, de una pertenencia”.
Aarón García Peña, presidente de
la Agrupación de Retórica y Elocuencia del Ateneo de Madrid, exige a los
escritores que conozcan a quienes les precedieron porque suya es la
responsabilidad de aportar algo más y llegar al público. “La poesía tiene que
gritar”, sostiene. En su último poemario, Los
vertederos de la fama, alude a esa cierta vagancia de los poetas, a su
falta de compromiso con el lenguaje, a la ausencia de ambición, de exigencia y de
rigor en su obra.
Dice Calvino: “Los clásicos son
esos libros de los cuales se suele oír decir: ‘Estoy releyendo…’ y nunca:
‘Estoy leyendo… El prefijo iterativo quizás sea en ocasiones delator de una
pequeña hipocresía de todos quienes se avergüenzan de admitir que no han leído
un clásico.
Pero también podemos llamar
clásicos a los libros que constituyen un tesoro para quien los ha leído y
amado, y que constituirán una riqueza para quien se reserva el momento adecuado
para leerlo por primera vez.
Preguntas para la reflexión:
o ¿Cuál es, para ti,
uno de los mayores problemas en la enseñanza de los clásicos?
o ¿La lectura de
clásicos viene acompañada a una cierta edad?
o ¿Por qué leer los clásicos en vez de
concentrarse en lecturas que nos hagan entender más a fondo nuestro tiempo?
o ¿Estás de acuerdo
con la afirmación de Aarón García Peña?
Lecturas recomendadas:
Italo Calvino “La lectura de los clásicos”
El
Reto:
Todos
tenemos nuestro gran clásico. ¿Cuál es el tuyo?
Tráete
el fragmento del libro que te haya marcado.
¿Te
atreves?
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