Voy cargando con gofres y una
botella de sangría por Madrid. Arrecia el calor. Éste es, creo, el primero de
los días más sofocantes del verano. Siento que se me pegan las ideas contra el
cráneo y el pelo a las sienes, y sólo se salvan los caramelos líricos porque
los llevo bien protegidos en una caja roja con estrellitas doradas. Las
galletas y los gofres son de importación, es decir, compradas en Bélgica y
traídas a Madrid para ser degustadas por los nuevos tertulianos, además de mis
abuelos.
Este especial verano de La
Habitación Propia tiene, para mí, cierto sabor hogareño, no sólo porque he
vuelto a casa y mis padres, accionistas mayoritarios de la tertulia, se apuntan
a todos los eventos, sino porque Tuuu Librería ha acogido la presentación que la
inaugura. El reencuentro con sus responsables, voluntarios y estanterías
repletas de libros hasta el techo me sugiere una sinergia emotiva de dos
realidades, la anterior y la posterior a mi viaje. Así que, cuando subo por la
calle Covarrubias desde Alonso Martínez, y veo a Alberto, y me convenzo de que se
trata de otra persona porque lleva un cigarro hasta que la cercanía evidencia lo
innegable -"he recaído"-, pienso que mezclar mundos proporciona unas
escenas híbridas muy curiosas, también muy entrañables.
Alkistis te abraza dándote
pellizcos agradables en la espalda. A la hora de apañar el piscolabis, me deja
que le despeje la mesa a mi antojo: "ésta es tu casa". Y tanto. Con
mis padres sentados en el sillón, sólo echo en falta a las gatas chinchándose.
Pero es que también llega Mariluz, o Vera Alfaro para sus lectores. Esta joven
periodista y escritora novel conoció La Habitación Propia allá por sus inicios,
cuando aún era un programa de radio. Vera participó en el segundo programa,
después de la entrevista al poeta chileno Julio Espinosa, otro gran apoyo a la
tertulia, que acababa de publicar su primera novela: "La fría piel de
agosto". Mariluz presentaba su primer libro de relatos: "Escritos por
el gato". Pero mucho antes, Julio me dio clases de poesía en la Escuela de
Escritores. Y luego conocí a Mariluz en Albacete, donde echamos horas de
prácticas en un periódico. Y después, inmediatamente o más tarde, una cosa lleva
a la otra que trae la siguiente, y así, hasta la próxima.
Menos mal que Alberto ha llegado
pronto, porque hay que cargar con cajas que la fuerza de una mujer, por lo
general, no puede. Y menos mal que la fuerza de Alberto también es femenina en
lo emocional, es decir, de las de comprometerse y no salir pitando. Soy yo la
que amenaza con desaparecer, aunque no lo confiese, en cuanto empieza a entrar
público desconocido -¿es posible?- que pregunta por una tertulia sobre la cual
me toca, en seguida, dar explicaciones. Se me ocurre que estoy completada por
muchas mitades. Esa otra mitad no presente, nos observa con la voluntad de
hacerlo, de vernos e imaginarnos en la distancia. Atesoro su última frase como
una proclama contra los nervios: "¡Larga vida al imperio!" Sólo se
puede conquistar cualquier proyecto con un poco de delirio.
La Habitación Propia presentó su edición especial "Verano en Madrid" en Tuuu Librería (14/07/2014):
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